Charlamos con Mara Bettiol, Presidenta de la Unión de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo sobre la realidad del Sistema en el año de su 25º aniversario.
25 años han trascurrido desde que Argentina tomó el desafío de crear un sistema de cobertura y reparación integral de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. En aquel momento inicial, se analizaron con detenimiento diferentes modelos vigentes en otras partes del mundo, tomando de todos ellos lo mejor para generar un sistema superador aprovechando el aprendizaje de otras experiencias. “Hoy nos enorgullece la capacidad de respuesta que tiene nuestro sistema. No sólo en cuanto a los beneficios o indemnizaciones, ya que se trata de un sistema más generoso que los vigentes en varios países, sino en cuanto al tiempo récord en que fue poniéndose a tono con los estándares internacionales en materias tales como la prevención en la que llevábamos décadas de atraso.”, afirma Mara Bettiol, Presidenta de la Unión de Aseguradoras de Riesgos de Trabajo, UART.
A la par del desarrollo del sistema, fue el de nuestra entrevistada en su área laboral. Así lo comparte, “Llevar adelante la gestión de una cámara empresarial es una tarea ardua que exige una enorme dedicación y un justo equilibrio entre la diplomacia y la gestión con resultados, especialmente cuando, como en mi caso, se trata de una Presidencia Ejecutiva.
Exige un compromiso 24/7 y un ejercicio permanente de la capacidad de escuchar y hallar puntos de coincidencia sobre los cuales construir ante miradas disímiles, aspectos para los cuales las mujeres solemos estar más preparadas.
Si bien en mi experiencia, considero que el género no fue una cuestión de particular atención en el desarrollo de mi carrera profesional, reconozco que en múltiples actividades laborales y de la vida en general, la desigualdad existe, como así también los preconceptos con los que hay que lidiar, los desajustes salariales y la poca posibilidad de las mujeres en términos generales de acceder a determinadas posiciones.
Destaco el proceso de transición pero de acelerado y firme avance en nuestro país en esta materia, en el que hay una clara dirección hacia la equiparación de oportunidades de desarrollo, en el más amplio sentido de la palabra.
Pandemia mediante.
La pandemia no fue indiferente al Sistema de Riesgos de Trabajo de nuestro país, muy al contrario, lo puso a prueba diferenciándose positivamente de experiencias de otras latitudes.
Según una encuesta realizada por la Uni Global Union, federación sindical radicada en Suiza que representa a más de 20 millones de trabajadores en 150 países del mundo, Argentina ocupó la primera posición en cuanto a respuestas que se dieron en el mundo laboral para la cobertura de COVID-19. El apoyo a los trabajadores en esta problemática fue total; Argentina se destacó como el primer país, seguido de Austria, Suecia, Francia y España.
Consultada sobre el rol del prevencionista dentro del sistema, Mara afirma: “es una figura esencial en el marco de un enorme engranaje cuyo foco claramente es la prevención. El staff de prevencionistas de las ART realizó en 2019, 700 mil visitas y 1,6 millón de recomendaciones. En 2020, a pesar de todas las dificultades planteadas por el ASPO y luego el DISPO, se llevaron a cabo alrededor de 450 mil visitas a empresas, de las cuales derivaron más de 700 mil recomendaciones en cuestiones de seguridad y salud ocupacional. Sin embargo, hay que resaltar que entre abril 2020 y octubre 2021, por la pandemia, estas acciones fueron principalmente virtuales y superaron las 30 millones incluyendo asesoramientos, capacitaciones, instructivos y material didáctico. Obviamente, la puesta en práctica de las recomendaciones conlleva una responsabilidad compartida entre empleadores activándolas, trabajadores respetándolas, y el Estado fiscalizando. Cada uno desde su rol, actuando para evitar accidentes y muertes. En esta cadena de responsabilidades el aporte del prevencionista es crucial.
No puedo dejar de ver este logro como el resultado de la acción conjunta y del trabajo de equipo. Y también destacando herramientas clave de esa acción, como lo son: las mesas cuatripartitas, el programa de empresas testigo, los seminarios, los cursos virtuales y el congreso anual en el marco del Programa Prevenir. 2020 nos llevó a la transformación digital de estas herramientas y a incrementar así la federalización de los programas, logrando la participación de 6948 personas con el trabajo en red simultáneo de 28 instituciones.
Pensamos que nunca habrá un punto de llegada en el camino de la prevención, básicamente por la realidad del trabajo y los entornos laborales que cambian y evolucionan, planteando nuevos desafíos. Por eso las estrategias de prevención se modifican y perfeccionan con esa mutación y así se va adecuando la respuesta por parte de todos los actores responsables de su asesoramiento, implementación y control.”
Balance y perspectiva
Con la satisfacción de un camino recorrido en el aprendizaje y la mejora permanente, para Mara el balance de estos 25 años del Sistema de Riesgos del Trabajo es altamente positivo.
“Este camino de superación permanente fue el fruto del trabajo conjunto entre trabajadores, empresas, aseguradoras y el Estado. Esto fue lo que nos permitió ir ampliando nuestro alcance, sumando más beneficios y más personas protegidas por la cobertura. Aún en momentos tan críticos como los enfrentados en 2020/21 con la pandemia, fue decisivo el buen diálogo con la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, la de Seguros y el Ministerio de Trabajo.
De cara al porvenir, las expectativas son de que el Sistema pueda seguir creciendo, conquistando lo pendiente y perfeccionando lo hasta ahora conseguido. “El mayor desafío para el sistema es lograr que se conformen los Cuerpos Médicos Forenses en el ámbito de cada una de las provincias adheridas y en el seno de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina en CABA. Este es un pendiente inexplicable, que tiene una demora ya de casi 5 años. Su ausencia determina una litigiosidad que le genera sobrecostos al sistema judicial y al laboral. Y más allá de contar con más de 24 fallos de la Corte Suprema que avalan aspectos clave del Sistema, la ausencia de un cuerpo de peritos profesionales cuyos honorarios no estén atados al monto de la sentencia sino que cobren por acto médico y sean llamados por concurso, deja una grieta abierta que exacerba la litigiosidad. Debemos lograr su constitución para terminar con dislates periciales que no se atienen al Baremo y derivan en sentencias mal fundamentadas y arbitrarias. Contar con esta pieza clave para el sistema implica eliminar una gigantesca amenaza constituida por un stock de 270 mil demandas.
Otro desafío fundamental es equilibrar prestaciones con financiamiento. Si esta ecuación se desvirtúa, la prestación y los beneficios del sistema se resienten. Hay un pendiente en esta materia tanto sea para la cobertura COVID que se previó con cargo al Fondo Fiduciario de Enfermedades Profesionales y cobertura No COVID con cargo a primas.”